¿Qué mejor invitación al juego que una caja de construcciones y una mesa vacía? ¡Fue verla y ponerse manos a la obra! Al principio también jugué yo pero en cuanto el ambiente se creó añadiendo los animales de plástico, fui retirándome poco a poco.
El espacio fue ampliándose y también los materiales que incluía. A Escucharla durante un buen rato, a lo lejos, inventando diálogos y poniendo voces a los personajes ¡es un auténtico placer! Un juego que implica autonomía, creatividad y matemáticas a partes iguales.
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